Recientemente ha estallado una polémica acerca de los televisores inteligentes de la marca Samsung. ¿La razón? La empresa no aclaró desde un principio el destino de la información que el usuario proporciona al utilizar este tipo de pantallas.
Samsung declara en su Política de Privacidad que por medio de un comando de voz, las personas que utilicen la SmartTV podrán controlarla a distancia y hacer búsquedas más especializadas vía Internet. Sin embargo, también menciona que la información que uno le dé a estos dispositivos podría capturarse y ser transmitida a terceras compañías. Especificó que esta función se activa únicamente cuando el usuario así lo requiere, es decir, que no graba continuamente.
Pero la situación no es tan simple, pues Samsung no define a qué “terceras compañías” pasa la información, ni tampoco cómo puede ser usada. Sólo sugiere tener precaución al usar la función de reconocimiento de voz, por lo que estas pantallas Samsung han despertado la controversia de ser objetos espías.
No obstante, ya hay otros servicios que solicitan información que pasa a terceros, cosa muy recurrente para los que son usuarios de Internet. El revuelo se debe a que esta situación posiblemente sea algo simbólica, es decir, que rememora la novela de George Orwell, 1984, famosa por sus telepantallas espías.
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